LÍNEAS DE FUERZA MAGNÉTICAS
La Figura 1 es reproducción de una fotografía. En ella se representa un
curioso experimento. Un brazo descansa sobre los 6 polos de un electroimán y
toda una serie de clavos grandes se mantienen de pie en él como si fueran
cerdas. El brazo no siente en absoluto la acción de las fuerzas magnéticas; sus
hilos invisibles pasan a través de él sin revelar su presencia. Pero los clavos
de hierro se someten sumisamente a su acción y se colocan en un orden
determinado, poniendo de manifiesto la dirección de las fuerzas magnéticas.
Figura 1. Las fuerzas magnéticas pasan a través del brazo.
El hombre no posee ningún órgano sensible a los campos magnéticos, por lo
tanto, lo único que podemos hacer es imaginarnos las fuerzas que rodean a los
imanes[1].
Sin embargo, no es difícil descubrir indirectamente cómo se distribuyen estas
fuerzas. Lo mejor para conseguir esto es emplear limaduras de hierro. Estas
limaduras se echan, formando una capa uniforme, sobre un trozo de cartulina
lisa (o sobre una lámina de vidrio), debajo de ella se coloca un imán ordinario
y se agitan suavemente las limaduras dándole unos golpecitos a la cartulina.
Las fuerzas magnéticas pasan sin dificultad a través de la cartulina o del
vidrio y las limaduras de hierro se imantan; por eso, cuando golpeamos la
cartulina, se separan por un instante de su superficie y pueden girar influidas
por las fuerzas magnéticas y tomar la posición que en cada punto dado tomaría
una aguja magnética, es decir, se orientan siguiendo las "líneas de
fuerza" magnéticas. Como resultado, se obtiene que las limaduras forman
filas que ponen de manifiesto la distribución de las líneas de fuerza
invisibles.
Figura 2. Distribución de las limaduras de hierro en un cartón puesto sobre los polos
Cuando colocamos sobre el imán nuestra cartulina con las limaduras y la
agitamos, obtenemos el cuadro que muestra la Figura 2. Las fuerzas magnéticas
crean un sistema complejo de líneas curvas. Puede verse cómo salen radialmente
de cada polo del imán y cómo las limaduras se unen entre sí formando arcos más
o menos largos entre ambos polos. Estas limaduras de hierro muestran de una
manera gráfica lo que el físico ve ante sí mentalmente y que de forma invisible
existe alrededor de cada imán. Las líneas formadas por las limaduras son tanto
más densas y bien definidas cuanto más cerca están de un polo; por el
contrario, se enrarecen y pierden nitidez a medida que se alejan de él.