¿A QUIÉN VEMOS CUANDO
NOS MIRAMOS AL ESPEJO?
“Indudablemente,
nos vemos a nosotros mismos - responden muchos -, la imagen que vemos en el
espejo es una fidelísima copia nuestra, idéntica a nosotros en todos los
detalles”.
No obstante,
¿quiere usted convencerse de este parecido? Pues, si tiene usted un lunar en la
mejilla derecha, su gemelo del espejo no lo tendrá en dicha mejilla, mientras
que en su mejilla izquierda tendrá una manchita que usted no tiene. Si usted se
peina hacia la derecha, su gemelo se peinará hacia la izquierda. Si tiene usted
la ceja derecha más alta y poblada que la izquierda, él, al contrario, tendrá
esta ceja más baja y despoblada que la izquierda. Si usted lleva el reloj en la
mano izquierda y el librito de notas en el bolsillo derecho de la chaqueta, su
gemelo del espejo tendrá la costumbre de llevar el reloj en la mano derecha y
el librito de notas en el bolsillo izquierdo de la chaqueta. Y fíjese usted en
la esfera de su reloj. Nunca tuvo usted uno semejante. La disposición de las
cifras en este reloj es muy extraña; por ejemplo, la cifra ocho está
representada de una forma que nadie la escribe, IIX, y está situada en lugar de
la cifra doce; después de las seis, van las cinco, etc.; además, las manecillas
del reloj de su gemelo se mueven en dirección contraria a lo normal.
Finalmente,
su gemelo del espejo tiene un defecto físico, que creemos que usted no tiene;
nos referimos a que es zurdo. Escribe, cose, come, etc., con la mano izquierda,
y si quiere usted estrechar su mano, le tenderá la izquierda.
Figura 1. Un reloj
como éste es el que tiene su gemelo del espejo.
Por otra
parte es difícil esclarecer si este gemelo sabe leer y escribir. Si sabe, lo
hace de una forma muy particular. Es muy posible que usted no pueda leer ni un
solo renglón del libro que él tiene en la mano, o una sola palabra de los
garabatos que él escribe con su mano izquierda.
¡Así es el
que pretende ser una exacta copia suya! Y usted quiere juzgar por él su propio
aspecto.
Pero dejando
las bromas a un lado, si usted cree que cuando se mira al espejo se ve a sí
mismo, se equivoca. La cara, el cuerpo y el vestido de la mayoría de las
personas, no son simétricos (a pesar de que generalmente no nos damos cuenta de
ello). El lado derecho no es completamente igual al izquierdo. En el espejo,
todas las peculiaridades de la mitad derecha, pasan a la izquierda, y al
contrario, de tal forma, que la figura que aparece ante nosotros produce con
frecuencia una impresión totalmente diferente a la nuestra.
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