EL PROBLEMA DEL CISNE,
EL CANGREJO Y EL LUCIO
Una de las fábulas más conocidas de I. A. Krylov es "El
cisne, el cangrejo y el lucio"[1]. En ella se cuenta como un cisne, un
cangrejo y un lucio se pusieron de acuerdo para tirar de un carro cargado. Pero
lo más probable es que a nadie se le haya ocurrido estudiar esta fábula desde
el punto de vista de la Mecánica. Y sin embargo el resultado que se obtiene no
coincide con el que piensa Krylov.
Se nos plantea un problema de Mecánica en el que hay que
componer varias fuerzas que actúan formando determinados ángulos entre sí. Las
direcciones de estas fuerzas vienen definidas por la propia fábula:
El cisne tira hacia las nubes,
El cangrejo hacia atrás, y el lucio al agua.
Figura 13. El problema
de] cisne, el cangrejo y el lucio resuelto por las reglas de la Mecánica. La
resultante (OD) debe hacer que el carro vaya hacia el río
Esto quiere decir (Figura 13) que una fuerza, es decir, la
del cisne, está dirigida hacia arriba; otra, la del lucio (OB), hacia un lado,
y la tercera, la del cangrejo (OC), hacia atrás. Pero no podemos olvidar que
existe otra fuerza, el peso del carro cargado, que está dirigida verticalmente
hacia abajo. Según la fábula "el carro hasta ahora está en el mismo
sitio", es decir, que la resultante de todas las fuerzas aplicadas a él es
igual a cero.
Veamos si esto es así. El cisne, al tirar hacia las nubes, no
estorba el trabajo que realizan el cangrejo y el lucio; al contrario, lo hace
más fácil, puesto que su fuerza está dirigida en sentido contrario al de la
gravedad y, por consiguiente, disminuye el rozamiento de las ruedas con la
tierra y con sus ejes y alivia el peso del carro o lo equilibra por completo
(puesto que la fábula dice que "para ellos liviana parecía la
carga"). Admitiendo, para simplificar, este último caso, vemos que quedan
únicamente dos fuerzas: la del cangrejo y la del lucio.
Sobre las direcciones de estas dos fuerzas sabemos que
"el cangrejo tira hacia atrás, y el lucio al agua". Está claro que el
agua no puede estar delante del carro, sino a uno de sus lados (puesto que los
"trabajadores" de Krylov no se proponían tirarlo al agua). Por lo
tanto, las fuerzas del cangrejo y del lucio forman un ángulo entre sí. Pero si
dos fuerzas aplicadas a un cuerpo no están en línea recta su resultante no
puede ser igual a cero.
Procediendo de acuerdo con las reglas de la Mecánica,
construyamos sobre las fuerzas OB y OC el paralelogramo, cuya diagonal OD nos
da la dirección y la magnitud de la resultante. Es evidente que esta resultante
debe hacer que se mueva el carro, sobre todo si su peso ha sido equilibrado en
todo o en parte por el cisne. Nos queda por determinar hacia dónde se mueve el
carro: hacia adelante, hacia atrás o de costado. Esto depende de la relación
que exista entre las fuerzas y de las magnitudes que tengan los ángulos que
forman entre sí.
Los lectores que tengan cierta práctica en la composición y
descomposición de fuerzas pueden analizar fácilmente el caso en que el cisne no
equilibra por completo el peso del carro; después de hacerlo quedarán
convencidos de que en este caso tampoco puede permanecer inmóvil el carro.
Solamente existe un caso en que el carro no se movería al ser solicitado por
estas tres fuerzas: cuando el rozamiento de las ruedas con sus ejes o con la
carretera es mayor que la resultante de las fuerzas aplicadas. Pero esto se
contradice con la afirmación de que "para ellos liviana parecía la
carga".
En todo caso Krylov no tenía motivo para asegurar que
"el carro sigue sin moverse" y que "... hasta ahora está en el
mismo sitio". Sin embargo la moraleja de la fábula sigue siendo cierta.
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