sábado, 26 de mayo de 2012

APLICACIÓN DEL SONIDO


EL SONIDO Y LAS BALAS


Cuando los tripulantes del proyectil de Julio Verne salieron disparados hacia la Luna, les preocupó mucho el no haber oído el sonido del disparo del cañón colosal que los lanzó. Pero no podía ocurrir de otra forma. Por muy ensordecedor que fuera el estampido, su velocidad de propagación (lo mismo que la de otro ruido cualquiera en el aire) era igual a 340 m/seg solamente, mientras 250 que el proyectil avanzaba con una velocidad de 11.000 m/seg.

Se comprende que el sonido del disparo no podía llegar a los oídos de los tripulantes, puesto que el proyectil adelantaría al sonido.

Pero en realidad, ¿qué se mueve más de prisa, las balas y los proyectiles o el sonido? ¿No puede el sonido del disparo avisar a la víctima de que se aproxima el proyectil?.

Los fusiles modernos le comunican a la bala una velocidad casi tres veces mayor que la del sonido en el aire, es decir, de cerca de 900 m por segundo (la velocidad del sonido a 0 °C es igual a 332 m/seg.). Es verdad que el sonido se propaga uniformemente, mientras que la bala tiene un movimiento retardado. No obstante, durante la mayor parte de su trayectoria la bala tiene más velocidad que el sonido. De esto se deduce directamente que si durante un tiroteo oye usted un disparo o el silbido de una bala puede estar tranquilo, esta bala ya no le hará daño. La bala adelanta al sonido, por eso, si alcanza a su víctima, esta última recibirá el impacto antes que el sonido del disparo llegue a su oído.

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